Excesivamente racionales.
Desde el comienzo de la vida, la sociedad contemporánea ofrece un sistema de educación que apunta al rendimiento, a la productividad y la eficiencia, al mismo tiempo que descarta a aquellos seres más sensibles o que se mueven con otros parámetros. Por ello es que debe reivindicarse y visibilizarse permanentemente la situación de quienes no están creados para “ser productivos”
Es un entrenamiento silencioso, aparentemente necesario que comienza cada vez más temprano. Es probable que muchos hayan tomado consciencia de esto y estén tratando de modificarlo de alguna manera, pero los Estados, con sus grandes estructuras tardan demasiado en adaptarse a la velocidad del cambio actual (algunos no lo hacen porque no les interesa), quedándose con la esencia del entrenamiento que es el de desarrollar la competencia desde los recursos de la mente racional.
Esto crea una tendencia en los seres humanos que nos marca de por vida, ya que, si bien es cierto que podemos cambiar ese paradigma, estaremos siempre rodeados de un ambiente que nos recordará permanentemente la existencia de dicho programa de entrenamiento de la comunidad.
Puestos a competir por un empleo, con la necesidad de satisfacer nuestras necesidades materiales o por la ambición de alcanzar ciertos lugares dentro de la sociedad, la mente racional va ganando terreno frente al resto de los recursos naturales que el ser humano posee predisponiéndonos completamente a la acción-reacción necesaria para alcanzar esos objetivos tan comunes en estos tiempos.
El exceso de pensamientos que se hace presente en el individuo crea entonces un ambiente interno que intoxica, no solo en el plano emocional, sino también a nivel físico. El organismo humano intoxicado de estrés se oxida y envejece rápidamente, perdiendo así la salud.
La organización como recurso para ser más eficientes.
Cuando hablamos de organizar el tiempo partimos de la base de que el tiempo es algo que podemos tener. Esto ocurre porque la manera en a que el ser humano entiende el tiempo es a través de la mente racional, que es solo una de las tantas funciones que la mente humana posee.
Cuando nos acercamos a la práctica de Yoga y la Meditación incorporamos a nuestra conciencia la existencia de más funciones de la mente, dentro de las cuales se encuentra la intuición. El desarrollo de la práctica y de las facultades ocultas que poseemos nos conduce a desarticular la rigidez de la mente racional que, aunque es plástica y se puede modelar, en muchas ocasiones está fuera de control y domina la vida completa de los individuos.
Pero, en general, se sigue corriendo hacia adelante sin alcanzar a ver qué es lo que habremos de encontrar al dar el próximo paso. Intentar cambiar la fórmula de los excesos racionales con mayor uso de la razón es como querer apagar el fuego con más fuego, cosa que ocurrirá sólo cuando se consuma toda el combustible que, en nuestro caso, es nuestro ser, el más preciado tesoro de la vida individual.
Entonces aparecen las agendas para organizar y administrar el tiempo, para que alcance. Pero en las agendas suelen estar presentes las actividades concretas que sabemos que nos traerán beneficios en el mundo material o “mundo real” como lo llaman muchos, ignorando que la materia compone solo el 5% de la constitución del Universo.
Espacio para la salud.
La salud es un estado natural que aparece cuando nuestro ser está equilibrado, tanto en el aspecto físico como en lo emocional, mental o energético. Cuando llevamos una vida de excesiva actividad, especialmente mental, nuestro ser se desequilibra y perdemos la salud, o sea el equilibrio esencial.
Por lo tanto crear espacios en las agendas para la salud no significa tener varios turnos a la semana con el médico sino, más bien, crear espacios sagrados en lo cotidiano para no tener que agendar ninguna cita en ninguna consulta médica.
Los espacios sagrados también se pueden considerar en función del tiempo y no es necesario ir a ninguna parte en especial, aunque por supuesto se puede asistir a reuniones integradas por otros seres que compartan el mismo objetivo, como una clase de Yoga o una reunión de Meditación.
¿Para qué dedicar tiempo a la salud?
Una vez conseguida la salud, cada individuo puede utilizarla para lo que crea mejor para sí. Desde el punto de vista del autoconocimiento, lo ideal sería estar en estado de salud para poder concretar el propósito de la vida.
Pero cada uno transita su camino, tiene su karma y sus tiempos. Utilizando el libre albedrío, cada quien podrá desarrollarse como mejor le parezca y quizá consiga mejores resultados en sus actividades mundanas o alcanzar de mejor manera y en mejor estado aquellos objetivos que plantean las sociedades contemporáneas.
Incorporar la salud como un espacio de recuperación personal en medio del resto de las actividades puede ser una visión que aporte claridad a todas aquellas personas que “no tienen tiempo” para practicar Yoga, Meditación o para darse un masaje y hasta para un buen descanso.
Este espacio de recuperación debe formar parte de la agenda diaria y puede ayudarnos a alcanzar objetivos personales, materiales o profesionales, además de ser, por supuesto, una puerta que se abra hacia la consciencia, pero eso es otra dimensión.
Si te cuesta dar espacio a la Salud, estos consejos te inspirarán.
La integración exitosa de la salud en nuestra rutina diaria requiere
estrategias prácticas y realistas. Aquí hay algunas sugerencias para incorporar
actividades beneficiosas para la salud de manera efectiva en nuestra vida
cotidiana:
- Planificación
consciente del tiempo:
Organizar nuestro día de manera consciente implica identificar momentos
adecuados para actividades saludables. Esto podría ser por la mañana antes
del trabajo, durante el almuerzo o incluso en breves descansos a lo largo
del día. Programar estos momentos en nuestra agenda le da prioridad a nuestra
salud.
- Inicio con pequeños
compromisos: No es necesario
dedicar horas a la vez. Comenzar con compromisos pequeños, como 10 minutos
de meditación o una breve sesión de estiramientos, facilita la
incorporación de estas prácticas en nuestra rutina sin abrumarnos.
- Creación de rituales
saludables: Establecer
rituales diarios que involucren actividades saludables puede ser clave.
Esto podría incluir una breve caminata después de la cena, una pausa para
la meditación antes de comenzar el trabajo, o incluso practicar ejercicios
de respiración antes de acostarse.
- Uso de aplicaciones
y recursos en línea: Hay una
variedad de aplicaciones y recursos en línea que ofrecen guías para el
yoga, la meditación y ejercicios cortos. Integrar estas herramientas en
nuestra rutina puede facilitar el acceso a prácticas beneficiosas sin
requerir grandes desplazamientos.
- Incorporar la
salud en las actividades cotidianas: Transformar actividades diarias en oportunidades para mejorar la
salud es una estrategia efectiva. Por ejemplo, optar por tomar las
escaleras en lugar del ascensor o practicar la atención plena mientras
realizamos tareas domésticas.
- Fomentar la responsabilidad mutua: Realizar estas actividades con amigos, familiares o asistiendo a un centro de actividades para el bienestar puede hacer que el compromiso sea más divertido y efectivo. La responsabilidad mutua motiva a mantener estas prácticas de manera consistente.
- Ajustar la perspectiva: Cambiar la percepción de estas actividades
de "tiempo perdido" a "inversión en salud" es
fundamental. Reconocer que dedicar tiempo a cuidar de nosotros mismos no
solo beneficia nuestra salud, sino que también mejora nuestra capacidad
para abordar las demandas diarias.
Al adoptar estrategias prácticas y realistas, podemos integrar la salud de
manera efectiva en nuestra rutina, promoviendo un equilibrio armonioso entre
nuestras responsabilidades diarias y nuestro bienestar integral.
En última instancia, la organización del tiempo y la salud no deben considerarse como dos entidades separadas, sino como aspectos interconectados de una vida equilibrada y, por qué no, productiva. Al priorizar nuestra salud, estamos construyendo un cimiento sólido para enfrentar los desafíos diarios con mayor resistencia y claridad.
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©Pablo RegoProfesor de Yoga
Escritor
Terapeuta holístico
Diplomado en Ayurveda
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