por Pablo Rego | El estilo de
vida que llevamos, especialmente en el ámbito de las obligaciones que
contraemos para mantener un lugar o posición en la sociedad, hace que muchas
veces terminemos perdiendo de vista nuestros estados internos al esforzarnos por
responder a todo lo que los demás esperan o pretenden de nosotros, lo que nos conduce
a un estado de fatiga mental y física, desgano y angustia sin que percibamos cuál
es la causa.
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Aún en el desarrollo de las actividades que conllevan una
responsabilidad debemos tener en cuenta quienes somos y el roll que estamos
llevando a cabo. El enajenamiento de ello nos conducirá inevitablemente al
conflicto interno, al desequilibrio y, tarde o temprano, a la enfermedad.
Pero ¿quiénes somos?
Sin querer dar por sentado que
todos los seres humanos tenemos en claro, o por lo menos estamos explorando el
camino que nos conduce a ello, quiénes somos, qué somos, cuáles son o deben ser
nuestras prioridades, es interesante detenerse un instante a reflexionar sobre
ello ya que si no lo hacemos el resto nos tratará como si lo supiésemos y el no
saberlo nos impedirá poner límites a los demás para mantenernos más o menos
cerca de nuestro centro de poder.
El centro de poder es aquel lugar
energético, psicológico, emocional y mental en el que sabemos hasta donde
llegar, cuanto ceder, si nos conviene o no aceptar ciertas situaciones, etc. Si
no sabemos en dónde está ese lugar que fundamentalmente se siente en uno mismo,
es importante que dediquemos tiempo y
esfuerzo a averiguarlo porque encontrándolo conseguiremos evitar situaciones
desgastantes, alienantes y que producirán trastornos tales como preocupaciones,
estrés, desequilibrios fisiológicos, insomnio, depresión y un largo etcétera,
que seguramente, si tenemos la oportunidad de evitarlo, ni siquiera nos
interese vivenciar en carne propia.
Es buena idea pensar en el
término “Ser Humano” en su más
amplia acepción y tratar de llegar, sin necesidad de perdernos en territorios
muy complejos de la filosofía o la metafísica, a una definición simple, pero
que nos permita tener presente siempre el concepto.
Somos Seres presentes, con una mente racional y una inteligencia resolutiva que puede ser utilizada para cumplir determinadas funciones, pero además poseemos elementos invisibles que muchas veces son ignorados o ninguneados adrede como la energía, la consciencia o las emociones.
¿Cómo evitar desequilibrarnos?
Somos Seres presentes, con una mente racional y una inteligencia resolutiva que puede ser utilizada para cumplir determinadas funciones, pero además poseemos elementos invisibles que muchas veces son ignorados o ninguneados adrede como la energía, la consciencia o las emociones.
A estas alturas de la evolución
de la humanidad y con varias décadas de investigación y demostraciones
científicas, no
hay dudas de la importancia de tener en cuenta lo fundamental de tomar plena
consciencia de que, aun cuando estamos realizando tareas que pueden parecernos
menores o estamos ocupándonos de nuestro hogar y familia, cuando estamos
estudiando o trabajando, siempre, llevamos con nosotros todas las dimensiones
de lo que somos. Por lo tanto es importante tener presente que aunque se
pretenda y se nos exija que cumplamos múltiples tareas, a una velocidad extrema
y en unas condiciones de alto estrés o alta presión, somos esos Seres que, más
allá de resolver tareas, nos emocionamos, somos influidos y recorridos por la
energía que además emanamos a través de nuestros centros energéticos. Todo ello
nos influye tanto en el plano sutil como en el físico.
Tener presente en todo momento
quienes somos nos puede ayudar a prevenir dificultadas de diferente tipo en
nuestro organismo, evitando caer en situaciones de alto desgaste a las que muy
probablemente lleguemos sin saber bien cómo.
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Lo primero que hay que tener en
cuenta es que para desequilibrarnos primero hay que estar equilibrados. Si lo
normal en nuestra vida cotidiana es el desequilibrio permanente no sólo no
podremos administrar nuestra propia energía y recursos más esenciales sino que,
además seremos fácilmente manipulados y utilizados como la prolongación de otro
u otros para conseguir sus propios objetivos. Por lo tanto es importante
realizar actividades o rutinas que nos lleven a ese equilibrio que resultará
nuestro punto de referencia al que poder regresar.
Dedicar algo de tiempo a realizar
actividades para la liberación de las tensiones y el estrés tales como Yoga, Meditación o terapias como el Reiki
o Masajes es un camino certero que
nos ayudará a encontrar esa sensación o clima interior al que dirigirnos cuando
sea necesario buscar la calma o el equilibrio.
Dentro de estas actividades
existen una serie de rutinas que pueden practicarse a menudo y de las que
podremos tomar algunas para crear pequeñas rutinitas que podemos practicar
durante el día. Por ejemplo, la técnica de desarrollo, control y equilibrio de
la energía a través de la respiración llamada “Pranayama” nos proporciona varios ejercicios que nos pueden ayudar
a detener el tiempo y volver al centro.
La Meditación es una gran aliada en el intento de permanecer
conectados con nuestras sensaciones más profundas mientras vivimos el día a día
dentro del intenso, y a veces despiadado, mundo de hoy. Aprender a aquietarnos
y silenciar la mente puede ser fundamental en momentos de estrés o pérdida de
la energía vital a manos de la realización de actividades intensas y de alta
exigencia.
También existen técnicas de
relajación que pueden ser aprendidas y practicadas hasta ser incorporadas a la
vida diaria y utilizadas cuando las necesitemos. Normalmente la práctica de Yoga
incluye la Relajación profunda, tanto como la Meditación y Pranayama.
Estableciendo prioridades.
Una vez que asumimos que es importante tener siempre presente
quienes somos y que no hay ninguna razón, ni material, ni afectiva, ni de ningún
tipo para alejarnos de ello, entonces podemos concluir que aunque se
pretenda que dejemos absolutamente todo de lado para realizar cualquier tarea,
no debemos ceder nuestras calma, ni perder de vista aquellos factores que hacen
que Vivir sea mucho más que sobrevivir.
Aunque durante el día estemos muy
atareados es importante que aprendamos a
dedicar algunos momentos, cinco minutos, tres o cuatro veces al día, para
reconectar con aquellas técnicas que vamos aprendiendo, pero también con la consciencia de Quienes somos; O,
mantener esa consciencia a través de las herramientas disponibles.
Si tenemos en cuenta
permanentemente quienes somos y que lo que hacemos, aun realizando actividades cotidianas, rutinarias y de alta
intensidad que resultarán parte de la experiencia que adquirimos día a día como
seres conscientes para nuestro desarrollo como individuos, podremos advertir
cuando se estén dando situaciones de sobre-exigencia o abusos de cualquier
tipo, consiguiendo liberarnos de ellas a través de la práctica del foco en
nuestra consciencia.
En última instancia, aunque nos
parezca que hacer este proceso nos va a llevar a la necesidad de cambiar, por
ejemplo, de trabajo, si eso nos va a ayudar a estar más alineados con nuestros
equilibrios que al final van repercutir en nuestra Salud, entonces deberemos
tomar cartas en el asunto y poner en primer lugar lo más importante.
©Pablo
Rego
Profesor de Yoga
Terapeuta holístico
Diplomado en Medicina Ayurveda de India
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