por Pablo Rego | Este artículo está basado en el testimonio de dos profesionales de la Educación Física que han dedicado y dedican su vida profesional a la enseñanza a niños de todas las edades en las escuelas estatales y que además son practicantes activas y comprometidas de Yoga. Sus visiones completas nos aportan unos conceptos que resultan de gran interés.
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En Occidente la formación y el
aprendizaje tradicionales del mundo del cuerpo físico han estado siempre enfocados
en al desarrollo de las funciones cognitivas, el rendimiento y la competencia
deportiva. Desde pequeños, en las escuelas, nos
enseñan a realizar actividad física con la actitud de la exigencia y la
intensidad del uso del cuerpo, pero poco se aprende de la consciencia del
movimiento, del manejo de la respiración o de la economía de la energía para su
óptimo aprovechamiento, incluso en la competencia.
No es un problema de formación,
es una cuestión conceptual, es la actividad física que se ha ido creando con el
devenir del tiempo, originada en los conceptos que rigen todas nuestras
actividades, sobre la que también se ha construido toda una civilización.
La llegada del Yoga nos aporta
otra visión. Los practicantes de Yoga lo sabemos y utilizamos esos elementos
que hasta hace un tiempo eran extraños y que se han ido naturalizando en las
últimas décadas gracias a la práctica de la disciplina. En la actualidad
podemos encontrar profesores de Educación Física que a la vez se han aficionado
a la práctica de Yoga y son un rico y auténtico puente entre la formación de
los niños y los jóvenes y algunos conceptos que pueden enriquecer mucho el
aprendizaje y práctica de las actividades físicas y los deportes.
Mariana Di Nardo y María Emilia Carpi son profesoras de Educación Física. Ambas tienen una larga y completa trayectoria dedicadas a la enseñanza y pasaron por los diferentes niveles de la educación oficial. Mariana practicó Yoga en su adolescencia y retomó el hábito regular de las clases hace un par de años, recuperando aquellas sensaciones que tenía guardadas en su memoria. María Emilia emprendió el inicio de su aprendizaje en varias ocasiones hasta encontrar la conexión indispensable con su profesor actual, para quedarse y crecer en la práctica, dándose la oportunidad de probar ya que contaba con conocimientos teóricos de la actividad y confiaba en que le aportaría elementos enriquecedores.
Mariana Di Nardo y María Emilia Carpi son profesoras de Educación Física. Ambas tienen una larga y completa trayectoria dedicadas a la enseñanza y pasaron por los diferentes niveles de la educación oficial. Mariana practicó Yoga en su adolescencia y retomó el hábito regular de las clases hace un par de años, recuperando aquellas sensaciones que tenía guardadas en su memoria. María Emilia emprendió el inicio de su aprendizaje en varias ocasiones hasta encontrar la conexión indispensable con su profesor actual, para quedarse y crecer en la práctica, dándose la oportunidad de probar ya que contaba con conocimientos teóricos de la actividad y confiaba en que le aportaría elementos enriquecedores.
Si bien María Emilia y Mariana
realizan actividades similares, viven en diferentes pueblos y tienen experiencias
personales. Cada una ha recorrido su camino de formación y su vida profesional
de manera particular, pero la actividad cotidiana y el conocimiento que han
adquirido de los elementos del Yoga las lleva a conclusiones coincidentes.
Ambas concuerdan en que Yoga les
ha acercado al mundo de la respiración consciente. Pranayama
(o control de la energía a través de la respiración) enseña a los practicantes
de Yoga a moderar los ritmos internos, físicos y mentales, además de
desarrollar y controlar la energía.
Para María Emilia enseñar respiración a los niños y jóvenes con los que
trabaja es un gran desafío ya que es complicado que se avoquen a la
incorporación de un elemento nuevo para ellos, pero sostiene que vale la pena
el intento por los beneficios que les proporciona.
Mariana observa lo interesante que resulta, además, que los
estudiantes comprendan la posibilidad que tienen de concentrar la energía a
través de la atención y la respiración para utilizarla en un momento
determinado, para mejorar su rendimiento físico, haciendo de ello un acto más
consciente e inteligente.
¿Qué puede aportar la práctica de Yoga a la enseñanza oficial en las
escuelas?
Mariana Di Nardo hace hincapié en elementos propios del individuo
de este tiempo y en las características de su conducta, como la falta de concentración
o de la conciencia del cuerpo y la consiguiente pérdida de algunos aspectos de
la motricidad.
Según ella, Yoga puede aportar la
pausa consciente, la detención del movimiento para la comprensión del propio
cuerpo. Puede aportar, además, la conservación de movimientos que los niños y
jóvenes van perdiendo dados los hábitos nuevos en relación, por ejemplo, al uso
de los dispositivos electrónicos.
También se detiene a reflexionar
sobre el trabajo fino del aprendizaje motriz que la práctica de la consciencia
del cuerpo puede ayudar a mejorar, sobre cómo hacer consciente un movimiento o
qué está pasando con el cuerpo en cada momento; o sea el aprendizaje desde la
atención plena de cada movimiento que se hace con el cuerpo físico, utilizando
elementos como la visualización o el manejo inteligente de los recursos de la
mente para mejorar la manera de realizar actividad física.
Dice Mariana que “la práctica de un
Yoga para niños, en el que se trabajen las posturas, la quietud, mantener la
consciencia y la respiración en el equilibrio para mí es fundamental, sobre
todo en los niños de la actualidad que no tienen mucha consciencia de su cuerpo
a causa del exceso del uso de la tecnología que incentiva la mente, lo que hace
que sea todo rápido e inmediato” Y agrega, “en el futuro vamos a ver los grandes problemas posturales de estos
niños y jóvenes”
María Emilia Carpi cree que la práctica de Yoga en las escuelas
ayudaría al autocontrol de los niños, lo que mejoraría en mucho su relación
social. Según su experiencia, en la actualidad el docente está cumpliendo una
función de contención que denota la falta de trabajo que existe sobre las bases
emocionales o espirituales de los individuos en general, cosa que Yoga aporta
como herramientas no sólo para el docente sino también para que el alumno
cuente con ellas y pueda resolver sin violencia o sin grandes conflictos los
temas relacionados con las emociones y las relaciones interpersonales.
También observa la necesidad de
que los jóvenes equilibren el exceso de atención que existe en la mirada de
otro, utilizando recursos del Yoga para mejorar en aspectos como la aceptación y
la tolerancia para disminuir la conflictividad que se manifiesta habitualmente
en las clases de las escuelas.
María Emilia sostiene que “hoy
más que nunca, el Yoga sería muy beneficioso en todos los niveles de la
enseñanza en las escuelas. Los niños y jóvenes están muy agresivos, muy
competitivos, con mucha carga emocional y social. Un rato de mirarse a sí
mismos, profundamente, volviendo a la calma, haciendo una relajación para
lograr, aunque sea de a ratos, un equilibrio mental, psíquico y físico, a la
larga les traería grandes beneficios”
Si bien la formación y experiencia de estas mujeres está plasmada en sus respetables carreras profesionales, ambas son aprendices y practicantes de Yoga lo que aporta frescura a su manera de ver la actividad física, tanto de sus alumnos como la propia.
Si bien la formación y experiencia de estas mujeres está plasmada en sus respetables carreras profesionales, ambas son aprendices y practicantes de Yoga lo que aporta frescura a su manera de ver la actividad física, tanto de sus alumnos como la propia.
María Emilia siente que Yoga le ha aportado la posibilidad de una
profunda conexión interior y una conciencia completa de su ser, cambiando en
ella la percepción de su cuerpo, el alivio de algunas dolencias físicas
habituales, mejorando sus sensaciones y superando algunos temores que padecía
por esas dolencias. También describe como la práctica habitual del Yoga le ha
aportado, desde su filosofía, una mayor consciencia y el agradecimiento de lo
bueno que vive cada día en su vida.
Mariana reconoce que Yoga le ha ayudado a tener una conciencia
permanente del cuerpo que, si bien es uno de los elementos con los que trabaja
habitualmente como profesional, es también una parte de su ser.
Corregir la postura, tener
consciencia de sus propias sensaciones o aprender a relajarse son aspectos que
ha ido mejorando paulatinamente y elementos que valora positivamente. Estos
mismos factores se han hecho constantes en su forma de percibirse y así también
en la manera de transmitir la articulación del trabajo con los alumnos.
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Integrando
La experiencia cotidiana y la
relación de estas dos profesoras conectadas con el proceso de enseñanza de la
actividad física en niños y adolescentes, sumada a la que experimentan como
aprendices y practicantes de Yoga nos da una visión amplia de cómo los
elementos ausentes en muchos de los aspectos de nuestra sociedad occidental
residen en sus bases culturales.
Lo que Yoga les aporta a ellas en
el ámbito de su materia es similar a lo que les ofrece en el ámbito personal en
lo mental, filosófico o espiritual. La bases de un trabajo físico que se
realiza desde la consciencia y atención plena puede ser extendida a otras áreas
humanas y sociales para encontrar allí un equilibrio que incluya una presencia
mayor de elementos como la contemplación, la atención, la confianza en el
propio ser o la tolerancia y el respeto por las diferencias.
El entrenamiento de la
consciencia y un buen trabajo de base que considere al Ser como un Todo que tenga
presente sus diferentes dimensiones pueden crear un clima interior que
repercuta positivamente en cualquier actividad que puedan desarrollar los
individuos. En el ámbito de la actividad física, tanto sea realizada para la en
la búsqueda de la salud como orientada a la práctica de un deporte, alcanzar
una buena relación con el propio cuerpo así como con el entorno, incluidos los
otros seres humanos, es una dimensión que la filosofía de Yoga aporta
naturalmente y que puede ser una importante contribución a la formación de los
niños y jóvenes en sus diferentes etapas de crecimiento.
©Pablo Rego
Profesor de Yoga.
Terapeuta holístico
Diplomado en Medicina Ayurveda de India.
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