por Pablo Rego | Los términos Prana y Apana se utilizan en Yoga y Ayurveda para definir conceptos referentes a la energía vital, a la alimentación, nutrición y recarga energética de nuestro cuerpo sutil. En palabras cotidianas, Prana es la energía que nutre y Apana la que purifica.
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Prana, fuerza vital.
Mucho se habla de la energía, pero energía es todo lo que existe. Por lo
tanto, al momento de comprender lo que es Prana es importante tener en cuenta
nuestra interacción con el Universo y nuestra existencia en él.
Al momento de ser concebidos ocurre un hecho energético y a medida que nos
conformamos como Seres completos en el
vientre materno, se van desarrollando junto con el cuerpo unos procesos que funcionan
en relación con la energía. Procesos físicos, biológicos, que van tomando forma
conforme nuestro cuerpo va madurando hasta el momento del alumbramiento. Esa
energía vital será la que irá creciendo y luego acompañándonos a lo largo de
toda la vida hasta que al final abandone el cuerpo.
La estructura e intensidad de la energía vital irá adaptándose a
nuestras experiencias, a las diferentes etapas que transitemos. Se desarrollará
si practicamos buenos hábitos, si respiramos correctamente, si conseguimos fluir
con nuestras emociones y se verá entorpecida o disminuida si nos alimentamos,
respiramos o descansamos mal, o si nuestras emociones y pensamientos consumen
esa energía para fines inútiles o tóxicos.
Prana, energía universal.
Pero como todo es energía, también la interacción que tengamos con el
mundo que nos rodea creará un circuito de incorporación de Prana. La ciencia
del control de la energía a través de la respiración o “Pranayama” es un método diseñado para incorporar Prana de manera
consciente a nuestro cuerpo y también un vehículo para hacerlo circular,
desarrollándolo y equilibrándolo.
Prana es también la energía que nos rodea y que, a medida que vamos
ampliando la perspectiva, mantiene al
Universo funcionando. Y esa energía ingresa al cuerpo a través de la boca y la
nariz, a través de los alimentos y la respiración, pero también rige el proceso
de la alimentación.
Prana es la energía que, producto de la actividad molecular de los
átomos que componen el aire de la atmósfera, ingresa a nuestro cuerpo a través
de la respiración. Esa energía transita unos canales diferentes a los que
recorre el aire. El aire en sí mismo no es Prana, pero la energía que éste
contiene sí lo es.
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Cuando respiramos o incorporamos alimentos se produce un hecho
energético. La energía viene con el aire y con los alimentos y, a su vez, es movilizado
por procesos energéticos que tienen lugar en toda la extensión del cuerpo.
La energía que tomamos del afuera ingresa a nuestro interior y los
procesos que intervienen en esta incorporación, como respirar o tragar, también
son energéticos. La metabolización de los alimentos, la absorción de
nutrientes, etc. crean otros nuevos procesos regidos por otras energías y al
final, del otro lado del proceso aparece la energía de purificación o Apana.
Prana es, entonces, toda la energía vital; la original que hay en
nosotros , la que incorporamos para mantenernos con vida y la que se crea con
todos los procesos que tienen lugar permanentemente en el cuerpo.
La Meditación produce un efecto de desintoxicación energética que libera
espacios contaminados para que Prana pueda fluir. Además reduce el consumo de
energía que debe estar en otros lugares del cuerpo sutil. Todos los
desequilibrios en los chakras, por defecto o por exceso, crean la
desarmonización del cuerpo sutil, rompiendo el equilibrio Prana-Apana.
Apana.
Los procesos que ayudan a expulsar del cuerpo aquellos elementos que
sobran luego de ocurrir la alimentación son Apana, la energía que limpia.
El equilibrio entre Prana y Apana se da cuando la energía de ambos
procesos crea una circulación fluida, cuando lo que alimenta está equilibrado con
lo que se elimina y cuando la energía que entran consigue atravesar los canales
energéticos principales sin interrupciones, circulando con libertad.
La mala alimentación, la mala respiración, las emociones intensas o descontroladas, producen interferencias en estos procesos, desequilibrando
Prana-Apana. El mal funcionamiento de estas energías crea dificultades o
deficiencias en el flujo energético y también en el impulso que busca el
equilibrio, produciendo intoxicaciones, dolencias y enfermedades que sostenidas
en el tiempo se vuelven crónicas.
Si Prana es tan fundamental como lo es la vida misma, Apana es la fuerza
energética que purifica y libera aquel espacio donde Prana debe actuar. Por lo
tanto, si Apana no fluye, si no eliminamos del cuerpo aquello que nos sobra e intoxica,
el espacio para que Prana actúe irá disminuyendo y con ello la fuerza vital.
La esencia de la práctica de Yoga
está íntimamente relacionada con el equilibrio de estas fuerzas. La
movilización del cuerpo físico, la consciencia en el recorrido de la energía,
la liberación de atascos energéticos tienen como objetivo permitir que Prana y
Apana funcionen correctamente (también las otras fuerzas que
intervienen en el proceso total udana, samana y vyana).
Pranayama utiliza uno de los principales canales de incorporación de
Prana que es la inhalación. Todos los ejercicios apuntan a mantener limpios y
activos los centros energéticos o chakras que intervienen en el equilibrio y
los canales o “nadis” Ida y Pingala, dos canales que descienden por el frente
del cuerpo desde la nariz hasta el perineo y Shushumna que es el canal
principal que recorre toda la columna vertebral desde el sacro hasta la parte
alta de la cabeza pasando por los siete chakras principales en su camino.
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La práctica cotidiana de Yoga, Pranayama y Meditación ayudan al cuerpo a
encontrar el equilibrio de su fuerza vital y de los procesos que conducen a
ella.
Alimentos de calidad para
alcanzar el equilibrio Prana-Apana.
“Alimento” es, no sólo a lo que comemos o bebemos sino también el aire y más
aún, lo que vemos, oímos o percibimos de todas las maneras posibles.
Siempre se puede incorporar alimentos de mejor o peor calidad. Todo aquello
que nos provoque el medioambiente en el que pasamos nuestros días, nuestro
lugar laboral o personal y las experiencias que tengamos allí, influirá en
nuestros equilibrios y en el sentido que pueden tomar nuestras energías
internas.
Lo que leemos, lo que miramos y escuchamos en la tele, los libros o
periódicos, las conversaciones que tenemos, lo que vemos en las redes sociales,
la música que oímos, etc., también influyen en nuestros estados internos y en
los procesos energéticos.
Y, por supuesto, los líquidos y sólidos que ingiramos y también el aire
que inhalemos influirán para conseguir una mejor o peor relación Prana-Apana.
No es lo mismo beber el agua pura de un arroyo que corre bajo el sol que tomar el
agua que viene en botella luego de varios procesos químicos y físicos industriales.
Como tampoco es igual comer una fruta recién sacada del árbol que ingerir un
alimento que lleva meses dando vueltas, irradiado y congelado para que dure más
tiempo antes de pudrirse. Y tampoco es lo mismo inhalar el aire puro del campo,
de la playa o la montaña que el aire de las ciudades o el humo del cigarrillo.
Pueden ingerirse alimentos, con o sin Prana, como ocurre si consumimos
alimentos frescos y cargados de energía, productos recién cosechados, de
estación o al comer productos procesados industrialmente o largamente
conservados. La diferencia entre comestible y alimenticio está en la energía que
posee el alimento.
Puede respirarse aire con o sin Prana, como cuando se respira un aire
puro en lugares sin tóxicos, donde el aire está compuesto de sus moléculas
originales y de energía a diferencia de cuando respiramos el aire de lugares
demasiado climatizados descargado de los iones que le dan su energía vital y repleto
de elementos químicos extraños.
El equilibrio Prana-Apana tiene que ver con la administración que
hagamos de nuestra energía vital y con la relación que podamos conseguir con el
medioambiente. Una buena Alimentación, Meditación, Yoga y sus múltiples rutinas
de armonización y desintoxicación, además de Pranayama, son caminos para
mantener un máximo de equilibrio, más allá de la vida que podamos llevar.
© Pablo Rego
Profesor de Yoga
Masajista-Terapeuta
holístico
Diplomado en
Medicina Ayurveda de India.
1 comentario:
Gracias.
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