por Pablo Rego | El aceite vegetal es un producto antiquísimo utilizado tanto para la
alimentación como para tratamientos y cuidados corporales. Como ocurre con tantos
otros artículos utilizados para la ingesta o en tratamientos sobre la piel, es
ideal que su origen sea confiable, ya que los productos naturales obtenidos
directamente de un fruto, una hoja o una flor, nos transmitirán su esencia de vida obtenida a partir de distintos
procesos.
El cuerpo humano absorbe e integra cualquier producto con el
cual se ponga en contacto. De la misma manera que ocurre cuando ingerimos algo,
al darnos un baño de inmersión, por ejemplo, el líquido en el cual nos
sumergimos se pone en contacto con los poros de la piel y a través de estos
ingresa a nuestro cuerpo. Por ello, si el producto es artificial o de baja
calidad, puede ser perjudicial para la salud.
El aceite vegetal natural puede ser utilizado para consumo y
también para tratamientos corporales, aplicándolo sobre la piel con diferentes
propósitos y técnicas. Muchos aceites de calidad que se utilizan en el ámbito
culinario pueden ser usados sobre la piel como ungüento o a través de un
masaje, para mejorar su estado como por ejemplo el de oliva (del que se tienen
datos de su uso desde hace más de diez mil años), el de almendras o el de
sésamo extensamente usado en India.
El aceite y sus
efectos
Por sus propiedades químicas el aceite puede ser utilizado
de diversas maneras. Hay algunos que ayudan a limpiar el organismo de toxinas
desde dentro, como por ejemplo el de oliva que resulta efectivo en la
purificación del hígado y la vesícula. De la misma manera este aceite puede ser
aplicado sobre la piel, al igual que el de almendras, el de jojoba, el de
sésamo o el de coco, entre otros, que aportan diversos beneficios.
Principalmente, todos los aceites, ayudan a la regeneración
celular gracias al efecto emoliente producido por los ácidos grasos. Existe una
gran herencia original de las antiguas culturas del Valle del Indo o la
Mesopotamia asiática en la utilización de estos aceites, tanto para la cura o
protección de la piel como en tratamientos de armonización y equilibrio de la
salud, mezclando aceites con esencias.
Tratamientos
terapéuticos con aceites
El masaje y la aromaterapia son dos de los ámbitos donde
mayormente se utilizan los aceites. Hay dos dimensiones particulares en la
utilización de estos tratamientos que son la del tacto y la del aroma. Los productos
más fáciles de obtener, como son los de frutos o semillas, como la oliva, la
almendra o el sésamo, suelen emplearse como aceite vehicular, ya que la
cantidad a utilizar es importante si queremos cubrir completamente el cuerpo.
Las esencias, que se mezclan con aceites vehiculares son las que se usan para
aromatizar y crear un efecto olfativo y
energético.
En medio de estos dos propósitos de uso del aceite hay una
amplia gama y diferentes propuestas de productores y alquimistas que
desarrollan o consiguen productos muy buenos para casos específicos, pudiendo ser
aplicados en determinados tratamientos. Por ejemplo, el aceite de rosa mosqueta
con excelentes propiedades para la cicatrización o el aporte de elasticidad o
el de nim excelente para tratar infecciones.
Siendo específicos en la utilización de este versátil
producto natural en tratamientos sobre la piel, los aceites vehiculares y
esenciales son ideales como medio para aumentar los beneficios de un masaje
profundo y reparador, ya que al mismo tiempo que se consigue la relajación
muscular y la liberación del dolor, el aceite aporta una gran cantidad de
beneficios a la piel y en una dimensión más sutil al cuerpo energético.
Sintonizando con las
texturas y las esencias
El masaje con aceite puede ser tan específico que, dado como terapia, muchos síntomas de desequilibrios manifestados en el cuerpo pueden dar señales de qué tipo de producto y qué esencia darían mejores resultados en la búsqueda de solucionar dolencias. En general, las pieles secas, moderadamente secas, grasa, sensibles, etc., pueden ser tratadas con diferentes tipos de medio oleoso para conseguir mejor efecto.
En el caso de la aromaterapia, las esencias se obtienen a
través de distintos procesos, como el de la destilación que proporciona la extracción
de la esencia del resto del componente de la hoja o flor de la planta. Estos
aceites naturales pueden usarse en perfumes, jabones, inciensos o, utilizando una
base oleosa, se transforman en “aceites esenciales”.
El aroma crea un determinado efecto en el receptor que
moviliza estructuras emocionales específicas, por lo que evoca esa esencia, y
libera tensiones que ayudan a la relajación de una manera muy sutil, pero
efectiva.
Muchas de estas esencias pueden ser obtenidas directamente
de la utilización de una hoja o una flor mezclándose al momento de dar el
masaje, obteniéndose así un efecto de amplio espectro sobre la piel y, también,
sobre el olfato.
Actualmente existe una extensa propuesta de tipos de aceites
y esencias que sirven para ser aplicados sobre la piel, a través de un masaje
que puede ser relajante, sensitivo o energizante. Es importante sentir esos artículos
tanto desde el punto de vista del tacto como olfativamente para elegir el que
nos proporcione de entrada una sensación placentera. Sin dudas el placer
emocional o sensitivo es el indicador de que el elegido será el producto que
nos dará bienestar.
©Pablo Rego
Terapeuta-Masajista Integral
Profesor de Yoga
Diplomado en Salud Ayurveda
No hay comentarios:
Publicar un comentario