Por Pablo Rego | Las mentes van construyendo,
transportando conceptos y creando ideas de todo aquello que existe o existió.
Si tomamos en cuenta los miles de años de evolución del Yoga podemos calcular
la cantidad de conceptos que rodean a
esta disciplina tan rica en manifestaciones durante siglos y llena de propuestas
en la actualidad.
Cuando realizamos la práctica, de
cualquiera de sus ramas principales, sub-ramas o variantes, el Yoga vive en
nosotros. Todos los conceptos vertidos en escritos antiguos como los vedas o
los sutras, los libros y publicaciones contemporáneos o aquellas
manifestaciones estéticas o plásticas como sellos antiguos, dibujos y pinturas,
que han servido de fuente de conservación y transmisión de conocimiento, se
vuelven El Yoga, el real, el practicado, el que está más allá de los conceptos,
sean estos elevados, complejos o simples instrucciones.
Al llegar a un asana el cuerpo
humano va llenándose de información y al mismo tiempo descodificando miles,
quizá millones, de años de sabiduría. Las diferentes partes del cuerpo se van
adaptando y los efectos del asana sobre el cuerpo físico comienzan a influir en
lo profundo. Si hay silencio, si la mente está quieta, si la respiración está
internalizada y es correcta, durante cada
segundo que permanecemos en ese asana se manifiestan en nuestro cuerpo-templo
todas las historias, todos los momentos de los yoguis ancestrales, los que de
una u otra manera dieron los primeros pasos y todos aquellos que luego los fueron
siguiendo hasta nuestros días.
Antiguo sello del Valle del Indo - 1600AC |
Esa sensación es el puente, el
nexo que hace que el tiempo desaparezca, que Yoga sea una práctica espiritual,
compartida, sin tiempo, multidimensional y ancestral ya que para manifestarse sólo
cuenta con, nada más y nada menos, la existencia del Ser, ese que nada ha
cambiado durante milenios a pesar de que todo nuestro entorno próximo sí lo ha
hecho de manera radical.
Cuando practicamos profunda y
conscientemente, somos nosotros y los otros, somos un soplo de la antigüedad y
los representantes y continuadores del Yoga en el presente, nos volvemos el
espíritu viviente del yogui encarnando miles de años y experiencias. Por ello
el Yoga es mucho más que una actividad o una simple disciplina, es una
tecnología completa y una disciplina sagrada que trasciende el tiempo y nos
ilumina cada vez que la practicamos.
Pablo Rego © 2015
Profesor de Yoga
Masajista-Terapeuta Integral
Diplomado en Salud Ayurveda (Medicina de la India)
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