por Pablo Rego | Desde sus comienzos el Yoga, además de ser una de las más antiguas ciencias de la humanidad, estuvo asociado a la Salud.
Si bien las fechas de los registros
escritos o grabados de alguna forma suelen ser posteriores al momento de la
creación del hecho, los antiguos habitantes y practicantes de Yoga en India dejaron
testimonio de la prueba y la comprobación de los efectos reales de la práctica
de esta disciplina.
Al mismo tiempo que se
desarrollaba el Yoga, en la India de hace más de cinco mil años, se
desarrollaba Ayurveda (o ciencia de la vida), un sistema médico que en la
actualidad es utilizado por millones de habitantes de diferentes partes del
mundo, especialmente en Asia, que es reconocido por la Organización Mundial de
la Salud y que ha venido ligado al Yoga desde su raíz filosófica y práctica.
La función que cumple el Yoga al
lado de la Medicina en occidente, es la misma que cumple y viene cumpliendo
desde hace milenios allí donde le ha tocado estar: alcanzar aquellos rincones
intangibles y las dimensiones menos visibles a los cinco sentidos del ser
humano para influirlos en el camino de la Salud.
La Medicina es una ciencia joven,
con muchas certezas, pero concebida dentro de un sistema científico que
necesita continuar creciendo para alcanzar los rangos más amplios de la
manifestación del ser.
La física cuántica, por ejemplo, -que
ya no es un misterio y que lleva más de un siglo entre nosotros teniendo a Einstein como icono
sobresaliente de sus bases científicas-
valida totalmente los conceptos que hace tantos miles de años utilizaron
los antiguos para crear sistemas como Yoga y Ayurveda. En este sentido, médicos
y científicos de todo el mundo se permiten abrir puertas generando nuevas dudas
para que sea posible la continuidad del desarrollo de las ciencias.
Mientras tanto, nada hay que
impida que los aportes sutiles y cotidianos que hace el Yoga colaboren o puedan
ser perfectamente asociados con los aportes físicos y científicos de la ciencia
Médica de tradición occidental.
El Yoga ha sabido convivir con la
Medicina desde el comienzo, sea cual fuera la tradición o el sistema con el que
le haya tocado coincidir en el espacio-tiempo. Es una disciplina amplia y
versátil que ayudará de todas las maneras posibles a las personas que la
practiquen, aceptando siempre las condiciones, creencias y hábitos de todos
quienes se acerquen a sus fuentes.
Esta época y cualquier lugar del mundo, no será la excepción. Medicina y Yoga conviven en armonía y tienen, o deben tener, el mismo objetivo, equilibrar al ser humano en sus funciones para que esté en estado saludable.
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