por Pablo Rego | A menudo observo lo difícil que resulta la toma de consciencia de que la salud es un estado de equilibrio. No es un milagro ni algo que debe conseguirse. Más bien es algo perdido que debemos recuperar. El problema radica en que el equilibrio es sutil y que, habiéndonos alejado demasiado, resulta difícil regresar al punto de partida.
Nos hemos creído el cuento de que
“otros” son más responsables de nuestra salud que nosotros mismos.
Aprendemos de economía, de
cuestiones legales, averiguamos la lista de médicos de la cartilla de la obra
social, nos preocupamos por los asuntos de los demás, sabemos de la vida de figuras públicas, etc. Todo
ello es parte de la vida, pero nunca puede ser más importante que aprender los caminos
para encontrar ese punto esencial que es la salud perdida.
Nadie nos enseña que es una
prioridad, más bien nos enseñan a perder la salud, a permanecer no-saludables y
a pagar para deformar la realidad con la idea de que así conseguiremos recuperarla.
No importa en qué momento de la
vida se esté ni que problemas tengamos, la mente que fue entrenada para la
distracción durante años buscará siempre distraernos del camino de la
responsabilidad que nos debemos a nosotros mismos aprendiendo a encontrar las
respuestas en el silencio y en los pequeños hábitos cotidianos.
Sea cual sea nuestra situación
SIEMPRE será fundamental y prioritario prestar atención a elementos como la
alimentación, la práctica de ejercicios que nos relajen el cuerpo y la mente,
cultivar el amor en nuestros corazones para que el sentimiento que nos rodee
sea ese y no otro –como la ira o la tristeza-
Y ante todo permitirnos tomar las
riendas de nuestra propia salud, patrimonio principal sin el cual nada de lo
que consigamos ser o tener valdrá la pena. A nadie más que a uno mismo debería
importarle principalmente estar en salud y nadie más que uno mismo pondrá por
encima de todo este elemento de nuestras vidas.
Es necesario y fundamental
observar los intereses que otros pueden tener –muchas veces inconscientemente-
en referencia a cuestiones como la salud (la medicina comercial y primitiva que
abunda en nuestro entorno), la alimentación (la industria que crea productos
ante todo comerciales) o el esparcimiento (el cine, la TV y muchos eventos sociales
que enferman nuestras mentes y crean patrones de conducta autodestructivos)
Por ello, es necesario
reflexionar acerca de quién creemos que debe solucionar nuestros problemas de
salud, ¿siempre alguien más o principalmente nosotros mismos?
Si la respuesta es “nosotros
mismos” estaremos dando el primer paso hacia la reestructuración de lo
importante en nuestras vidas. Si por el contrario dejamos en primer lugar -y no
como una ayuda- la intervención de otro estaremos renunciando a la
responsabilidad de encontrar los caminos y de aprender seria y profundamente las
herramientas que están disponibles a nuestro alrededor para hallar el estado
original; la preciosa SALUD.
©Pablo Rego
Profesor de Yoga
Masajista-TerapeutaProfesor de Yoga
Diplomado en Salud Ayurveda
Fotos ©Freepik
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